Un buen amigo me dijo el otro día… “Padre, uno no puede vivir con yucas, las yucas hay que sacárselas para ser felices”
Para mí un a yuca es un tubérculo o raíz la cual se cultiva y de la tierra pasa al plato y con aceitito de oliva y un poquito de sal sabe buenísima. Pero este comentario me puso a pensar sobre como en nuestras vidas pasan situaciones que, al igual que la yuca, crecen hacia dentro y se enraízan en nuestra alma y no nos permiten ser felices.
En esta 3ra semana de adviento, Jesús te invita a sacarte esa yuca que puedas tener en tu corazón, ese rencor o que simplemente permitas que esa herida sea sanada. Cuando sacamos la yuca de la tierra siempre hay que limpiar los pedazos de tierra que están pegada a ella… ¿ acaso no pasa lo mismo con nuestras almas? Tenemos miedo a que cuando saquemos nuestras yucas del corazón, se vengan pedazos de el enredaos y nos duela… pero sabes… esas heridas sanaran y serás muy feliz si comunicas lo que te está haciendo infeliz.
Cristo quiere que seas feliz y que le permitas entrar en tu alma. En esta 3ra semana de adviento sigue aumentando su luz en tu alma y deja que Su luz remplace las tinieblas.
Sigamos orando el uno por el otro.
Father Héctor
(que no es lo mismo que Hector el Father)