Si eres de las personas que hoy te haces esa pregunta, porque acabas de mirar el calendario y te diste cuenta que “esta noche es noche Buena, vamos al monte hermanito” entonces pienso que aun tienes tiempo para reflexionar sobre cuán importante fue tu preparación de adviento para la navidad.
Hoy nos tenemos que preguntar si en verdad preparamos nuestra alma para el gran evento del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo, el cual conmemoramos el 25 de diciembre. Todo ha comenzado con el viernes negro, un día donde la gente empezó a prepararse para la época de paz y de amor, rompiéndose narices y dándose empujones, empellones, insultos y otras cosas más en los centros comerciales.
Recordamos que el Rey de reyes nació en una pobreza absoluta, en un pesebre de Belén, entre animales y sin una cuna cómoda; y ¿cómo lo recordamos? Fácil… en los centros comerciales convirtiéndonos en pobre cargando nuestras tarjetas de crédito y gastando dinero que no tenemos en nombre del espíritu navideño.
Alguien me puede contestar ¿a onde ta Cristo en todo esto? El papa Francisco nos advierte en sus mensajes de adviento la importancia que tiene la preparación de nuestra alma para recibir al Señor en la navidad y nos exhorta a que no nos dejemos de arrastrar por el mundo en las cosas mundanas, que pongamos atención a lo que celebramos, a quien celebramos y la importancia, no solo histórica de este acontecimiento, sino espiritual para el bien de nuestra alma.
Te pido que reflexiones hoy, este último día de adviento, y busques mientras todavía tienes tiempo.
Preparen el camino del Señor…
En los brazos de María
p. H
ps: sigamos orando el uno por el otro