La tormenta platanera.

En estos días se formó la tormenta Emily en el Caribe. Lo curioso es que le comenzaron a llamar la tormenta platanera, todavía no sé porque, pero algo del humor boricua tienen que haber por ahí. Lo que me ha sorprendido es como han llovido las críticas por que el gobierno se preparó. Un nutrido grupo de personas hablan de cómo es posible que los ejecutivos del gobierno hayan perdido el tiempo… me pongo a pensar que hubiese pasado si no se hubiesen preparado… ¿tal vez el llanto y rechinar de dientes?
Pero no es de la tormenta o del gobierno que quiero hablar, es del hecho que con tantos avances tecnológicos podemos prepararnos para un fenómeno atmosférico y, de alguna forma, minimizar el daño que pueden causar. Es lo mismo con el alma. Tenemos el Evangelio que nos ayuda a preparar el camino hacia el Reino, pero muchas veces lo ignoramos.
La Palabra de Dios es edificante y nos previene de los males que nos esperan si no estamos preparados. La pregunta es ¿Por qué no hacemos sordos y ciegos a las señales que Dios nos deja para que cambiemos nuestra vida y retornemos a Él?
¿Te estas preparando pa’los tiempos difíciles que pueden afectar tu alma? O simplemente ¿vas a permitir que estos te agarren desprevenidos y que te dejen sin fuerzas o derrumbado? Es una decisión muy tuya, que todos debemos de evaluar, reflexionar, orar y ejecutar. La Voluntad de Dios es clara y precisa, el solo quiere que seamos santos para poder estar con El disfrutando de su reino. Entonces… ¿por qué nos cuesta tanto entender?
Sigamos orando el uno por el otro
P. Hector