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¡10 Años!… y eso que solo me daban seis meses

De cara a mi ordenación. mirando al futuro confiando en el Señor que me llamó…Aqui estoy para hacer tu voluntad

Hoy, por la gracia de Dios, cumplo 10 años de ordenación sacerdotal.  Un día como hoy en la Catedral de Santiago en la ciudad de Orlando, Monseñor Tomas Wenski nos ordeno a mi y a mi compañero de estudios en el seminario P. Mark Wadja.  Con el pasar de los años me he dado cuenta de que muchas personas nos han visto con cara de “Dios mío … ¿y a estos los van a hacer curas?

Hoy en mi decimo aniversario de ordenación quisiera reflexionar sobre lo que dios ha hecho en mi.  Cuando Dios llama… lo hace sin contemplaciones… Solo El sabe que tenemos que ofrecer para su pueblo y como desarrollar nuestra vocación.

Una de las cosas que me he dado cuenta en estos 10 años es que yo no puedo ser el cura que soy si hubiese dejado a un lado mi personalidad, mi alegría, mis cruces… en realidad quien soy yo.  Esta es una pregunta que muchos filósofos se han hecho y que muchas personas, al día de hoy, siguen buscando respuesta.

En Realidad, mi vocación al sacerdocio es enriquecida por quien soy yo.  Todo lo que he hecho antes de la ordenación me preparó para este momento y me sigue ayudando a echar pa’lante cuando se trata de la salvación de las almas.

Un dato curioso es que mucha gente aposto a que yo no duraba mas de 6 meses en el seminario y luego de que me ordenaron decían que no llegaba al año… ¡uff! Llegue a los 10 Jtal vez les asusta la alegría que me caracteriza, el saber que soy un hijo amado de Dios y que esto me llena de felicidad. El saber que Dios me llamó con mis virtudes y defectos a ser cura me da una alegría inmensa, pero un gran temor por la responsabilidad tan grande que se me ha encomendado.

El Sacerdocio es muy lindo; es la forma de como servir a Dios sirviendo a Su Pueblo.  Pero hoy después de 10 años puedo decir que es muy fácil ser un buen cura… lo difícil es ser bueno y santo.  Y creo que de eso es lo que se trata.  ¿Cómo podemos olvidarnos de lo que fuimos… si eso nos ayuda a ser quienes somos? Todas nuestras experiencias vividas enriquecen nuestro llamado y la forma en que servimos a Dios.

No es que esté loco, como me dicen algunos sin saber que es la ofensa mas grande que se me puede decir, es que nuestro mundo ve a las personas que viven su vocación con alegría y con pasión como atrevidos e intrépidos… inclusive hasta terror les tienen.  ¿Por qué ser normal cuando Cristo nos pide que vivamos como ovejas entre lobos? Que actuemos con sagacidad para que no caigamos en las garras del pecado. Pienso que en este mundo que vivimos nos hemos olvidado que el verdadero dueño es Dios y que nosotros somos sus administradores.  Vivir la vocación sacerdotal fuera de los estándares de cordura de este mundo es un reto para los que como yo han decidido seguir a Cristo sin medir las consecuencias de ser juzgados por la sociedad.

El mundo necesita sacerdotes buenos, santos y locos por Cristo, como decía San Pablo.  En 10 años sigo siendo un pibe, un niño… un pichón de cura, como dijo Doña Luz, todavía me falta mucho por crecer para llegar a ser bueno y santo.  Este camino no se anda solo.  Los curas necesitamos de sus oraciones y de su apoyo. Tal vez nos tomamos esta vaina de la santidad muy en serio… pero créanme cuando les digo que el deseo de un sacerdote es encontrarse con todas las almas que se le confiaron en el cielo y si esto no pasa… entonces le hemos fallado a Dios y a ustedes.

Sip… se equivocaron los que me daban poco tiempo, hoy le doy gracias a Dios por que el camino a la santidad esta lleno de muchos escollos que te van a desanimar, de cosas que te van a distraer, pero sobre todo del recuerdo de ese 31 de mayo del 2008 cuando libremente le di ese si a Cristo confiando en que El guiaría, guía y guiara mis pasos para que pueda ser no solo un buen cura… sino un cura bueno y santo.

Como dice el Papa Francisco “Rezad por mi” yo lo hago por ustedes

En los brazos de María

El Cura

p. Héctor

p. Checo

PS: muchos me han preguntado porque siempre escribo padre con ”p” y no con “P” es que las Sagradas Escrituras dicen que no llamaras Padre a nadie en la tierra… por eso yo uso el titulo padre, por que Padre solo es Dios.

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