Ayer estuve en la graduación de una escuela católica de mi diócesis. Fue una alegría ver como la familia Cum Laude tenían muchos hijos e hijas que se iban a graduar y eran reconocidos por la escuela. Lo que me frustró fue que todo en la graduación de una escuela superior católica la presencia de Dios brilló por su ausencia.
El muchacho que dio el discurso de graduación, que por cierto es un ex alumno, menciono muchas cosas sobre como tener éxito en la vida y los estudios, pero en sus palabras no menciono a Dios para nada. Los valedictorians, los honores, todos dijeron GO, Gators!, pero ninguno dijo God Bless Us…
Me pregunto ¿Qué está pasando en nuestras escuelas católicas donde lo académico es lo más importante? Se le da un premio al mejor alumno académicamente envuelto, o en deportes pero no se le reconoce al que va a misa todos los domingos. Se dan discursos sobre el futuro profesional, pero no se menciona la posibilidad de la vocación religiosa o sacerdotal.
Que podemos esperar de una educación católica Light, donde hay que ser políticamente correcto pero no podemos demostrar nuestra catolicidad por temor a ofender los que no creen en Dios. Educación con convicción es lo que necesitamos. Educadores comprometidos con su fe, Padres que crean en la educación católica y que esta comienza en el hogar.
Yo no sé ustedes pero la incompetencia espiritual llega un momento que nos “jarta” como dicen en el campo y la seguimos permitiendo.
Oremos para que nuestras escuelas católicas no solo enseñen la forma de tener éxito en el mundo académico y profesional, que añadan el espiritual y recordemos siempre que esos grados y premios no nos garantizan la entrada al cielo
Amemos intensamente, eso es lo que vale la pena
Sigamos orando el uno por el otro…
P. Héctor