Este fin de semana pasado se puede decir que fue muy activo en cuanto a actividades. Primero la boda real, después la beatificación del Papa Juan Pablo II y para culminar la muere de Osama Bin Laden. Es interesante como de las tres noticias la que le dimos menos importancia fue la beatificación del Papa, lo que demuestra donde están nuestros intereses. Pero eso lo dejo para otro “Bololog”.
Hoy quisiera traerles una reflexión que se ha estado dando vueltas en mi mente. Osama muere el domingo, ese día celebramos la fiesta de la misericordia… ¿Qué nos ha querido enseñar Dios? Como católicos, digo pienso yo, una persona que ha causado tanta división y heridas utilizando la religión como fundamento para sus obras de maldad no debemos regocijarnos ni celebrar su muerte.
Piensen un poco sobre esto y díganme si no hace sentido lo que les escribo… Si el domingo celebramos la misericordia divina… ¿no debiéramos nosotros de practicar esta misericordia? en vez de celebrar y hacer manifestaciones de que “justice has been served” debiéramos de elevar una plegaria a Dios para que la paz reine y se cabe la violencia. He visto las imágenes que transmitieron las noticias de gente celebrando frente a la casa blanca, y honestamente s me parecieron a las imágenes de las personas que celebraban el ataque de 911, pero sin turbantes ni armas… ¿Qué estamos celebrando? En vez de celebrar debemos de reflexionar sobre como nuestras acciones pueden cambiar el curso de la hisotria.
Pensemos, meditemos y pongámonos en perspectiva con los eventos que han pasado en los últimos días. Los eventos más importantes para el mundo la boda real y la muerte de Osama… lo menos importante la beatificación de un hombre de Dios que promovió la misericordia y que trató, con la ayuda de Dios, de unir la humanidad poniendo su granito en la construcción de la civilización del amor.
Yo sé lo que es importante para mí y pido misericordia, no solo para las personas que han obrado mal, sino para mí, para ti y para el mundo entero. Es esto lo que aprendí este fin de semana… y tu ¿Qué aprendiste?
Sigamos orando el uno por el otro…
P. Héctor