Hoy las lecturas de la misa (segundo domingo ordinario ciclo) estaban bien directas al hígado. En las mismas nos hablaban de la llamada de Samuel y de cómo debemos de tener el corazón abierto para hacer la voluntad de Dios. Desde jóvenes el Señor nos está llamando para hacer su voluntad, SU VOLUNTAD, no la nuestra.
Luego la llamada de los discípulos que querían ver donde moraba el Cristo. Cristo nos hace una invitación para que le sigamos, para que seamos sus discípulos, pero ¿cual es nuestra respuesta?
Es difícil responder el llamado a la santidad, déjame corregir, es muy difícil responder el llamado a ser santos, pero se puede. La pregunta que me hago es ¿Cómo algo tan sencillo, puede ser tan complicado? ¿A que le tenemos miedo? ¿Por qué la iglesia tiene que callar ante tanto bandidaje y quedarse callada ante un mundo lleno de egoísmo e injusticia?
El problema, y aquí es que quisiera escuchar la explicación de alguien, es que los curas no podemos llevar a cabo la acción evangelizadora por que siempre estamos mal, no entendemos… no sabemos nada. Las personas se sienten heridas cuando se trata de llevar el evangelio que intenta corregir nuestra vida para poder alcanzar la santidad y vivir una vida plena en la Gracia de nuestro Dios.
Dicen muchos que hay que tener comprensión, pero mientras tanto el mundo se va metiendo en nuestra vida y nos va arrebatando la fe. Queremos vivir una fe de conveniencia, a mi manera o pa ‘la calle… no existe la tolerancia, no existe el respeto a lo sagrado, es esta nueva visión de Dios es mi amigo, es bueno y me acepta.
Si nos acepta y es bueno y es nuestro amigo, pero también hay que darle un poco de satisfacción al que nos crea respetando lo mucho que nos ama. Nos da su hijo para que muera por nosotros… ¿y eso no es suficiente para ti?
El evangelio es fuerte, llama a la conversión radical, a dejar el pasado y vivir una vida plena. San Pablo, San Agustín y otros más descubrieron esto y cambiaron su vida y con este cambio contribuyeron a cambiar su gente, su época, la iglesia…
¿Qué haces ahí sentado? ¡Vamos, Levántate! ( te invita Juan Pablo II) Solo te pido que reflexiones en esta letra del Himno a la juventud de Brotes de olivo antes da pasar juicio sobre las personas que son responsables de tu alma ante Dios.
Sigamos orando el uno por el otro
P. Hector
Dónde está la juventud (Brotes de Olivo)
¿Dónde está la juventud, si la tenemos?
¿Dónde está nuestro valor?
¿Dónde la sinceridad que alardeamos?
¿Dónde hemos guardado a Dios?
¿Es que ya olvidamos ese afán de lucha
por hacer un mundo mejor,
o es que ya se fue definitivamente
de nuestro lado el Amor?
Hacemos dioses de barro
con nuestra propia pobreza,
buscamos aquél que cuadre
con nuestra forma de ser,
lo alabamos y decimos:
“ese sí que es un gran hombre”.
Pero no vemos que es de barro.
Vivimos un mundo raro,
sólo queremos progreso;
nos importan más los perros
que los niños que no nacen.
Despreciamos a la gente
porque se ponen en medio.
Ya está bien, vamos a despertarnos.
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