Hace un tiempo escuche a un amigo mío utilizar esta frase, que honestamente me cautivó y me ocasionó un ataque de risa en el momento. Luego puse esta frase en mi banco de frases celebres para utilizarlas en el momento más apropiado. Ese momento llegó hoy.
Viendo la situación de nuestro planeta pienso que esa es la actitud que gobierna a los seres humanos. Hay como que un descontento, una prisa por todo, no hay tolerancia y lo peor del caso es que nos importa un soberano cacahuate. ¿Qué nos pasa? ¿Dónde estamos? ¿En qué planeta vivimos?
Tal parece como si viviéramos en un mundo que no existe Dios. La buena noticia, al menos para algunos, es que si existe; la mala es que por más que las personas traten de esconderlo debajo de la ropa sucia, en el fondo del canasto, aunque escondido, Él no va a dejar de existir. No entiendo esta necesidad de probar que Dios no existe, que todo da lo mismo. ¿A caso hemos matado la esperanza? Tal parece que así fuera.
Yo siempre he pensado que la minoría grita más duro y hace más escándalo que la mayoría, pues así asusta, meten miedo. Pero en nuestro caso esa minoría que vive una vida de apatía no debe de intimidarnos. Dios es grande, es poderoso y misericordioso; nunca nos ha abandonado, somos nosotros los que le echamos a un lado todo el tiempo.
Piensa en cuantas veces te frustras cuando tus hijos no te hacen caso… o cuando se van de tu hogar o llegan a altas horas de la noche sin decir parte por donde andaban pues no es asunto nuestro… Me imagino que esto te ayuda a ver como Dios nuestro padre se siente cuando nos alejamos.
En la vida hay que darle importancia a las cosas que merecen importancia, pero tampoco podemos pasar por ella con la actitud de que pa’que vamos a hacer algo si al final no hay nada que hacer.
La vida es importante para todos, no pasemos por ella sin hacer la diferencia, recuerda que al final tendremos que dar cuenta y entonces si veremos la importancia que le restamos.
Sigamos orando el uno por el otro.
P. Héctor