hoy es un día muy especial para mi. Hace 5 años que a las 11:40 AM en la Catedral de St. James, Monseñor Tomas Wenski me ordeno Sacerdote para siempre junto a mi compañero de clase Padre Mark. Hoy 5 años después puedo decir lo siguiente :
son 5 de ordenado, parecen 20 y se sienten como 60… pero de felicidad.
En perspectiva este tiempo que llevo viviendo mi vocación ha sido uno de altas y bajas, mas altas que bajas. Ustedes no tienen idea de cuantos hijos espirituales tengo, el gozo de haber bautizado innumerable cantidad de niños es algo que, me imagino, solo puede compararse al sentimiento de un padre cuando le dicen que nació su hijo o hija.
El gozo de ver como la gente viene al sacramento de la penitencia y dejan todas las culpas que les están hacienda infelices para c comenzar a vivir una vida nueva y plena en la gracia que solo Dios da.
Cada vez que celebro misa y llego a la consagración, Wow! Que Cristo se valga de mis manos para hacerse presente en el altar, y luego esas mismas manos son el instrumento que le ayuda a ir del ciborio a la persona que le reciba. Tocar al mismo cristo que murió y resucito por nosotros… ¡wow!
Ayudar a las parejas a entrar en el estado de gracia que el matrimonio les da y ayudarlos a formar hogares donde sean un reflejo de la sagrada familia a través del matrimonio.
Estar presente cuando las personas están preparando su viaje final a la casa del padre y poder darles la extrema unción, o simplemente llevarles este sacramento tan poderoso en momentos de enfermedad que sana no solo lo físico , sino también lo spiritual.
¿Y que me dicen de la alegría que da el poder ser cura? Ver los ojos de tantas personas que, como yo un tiempo atrás, tienen miedo de seguir su vocación y poder decirles lo que me dijeron a mi… “no tengas miedo, recuerda que o eres parte del problema o parte de la solución… tu decides”
5 años… reflexionar sobre esto me derrite el corazón. Solo quiero hablar de las consolaciones, las desolaciones no valen la pena. Las desolaciones no han sido muchas, pero como todo lo negativo en nuestra vida deja marcas profundas que se borran fácilmente. Pero la Gracia de Dios, como le dijeran a San Pablo, es suficiente.
Hoy quiero pedir Perdón si en mi ministerio Sacerdotal le he fallado a alguien, si no he sido el cura que muchos esperan, si no he tratado lo suficiente de llevar las almas por el camino de la santidad, en fin… por todo en lo que a ti hermano y Hermana te han desilusionado o tal vez a entibiado tu alma.
Y quiero darle Gracias a Dios por mi Sacerdocio, que no es una profesión, es una vocación. Gracias por tus oraciones, confianza, cariño y Amistad.
Que Dios los bendiga rica y abundantemente
Sigamos orando el uno por el otro
En los brazos de María
p.Héctor
http://articles.orlandosentinel.com/2008-07-10/news/opriest10_1_hector-vazquez-holy-redeemer-catholic-puerto-rico
http://www.seminolechronicle.com/vnews/display.v/ART/4f901636903b6