En la Parroquia de la Resurrección en Ponce, P.R. hay una imagen, digo por lo menos antes de yo entrar al seminario estaba allí, que siempre me ha llamado la atención. La imagen es de Nuestra Señora del Silencio. La imagen es muy peculiar pues es nuestra Santísima Virgen María, con el dedo índice de la mano derecha indicando silencio y con su mano izquierda apuntando hacia el Sagrario.
Lo que me impresiona es como esta estatua nos invita a hacer silencio y nos refiere al que todo lo puede. María en el magníficat nos dice “he aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra” sin peleas, sin discusiones, simplemente confiando en el plan al cual Dios le ha llamado. María no pidió explicaciones, simplemente dijo “si” incondicionalmente, no se preocupó por el lio en que se estaba metiendo, no vio que el ser una mujer soltera y embarazada le traía el riesgo de que fuera apedreada por su pueblo. Tampoco le preocupo el que diría su prometido José… ella sabía que el confiar en Dios iba a ser lo suficiente para que todas sus preocupaciones desaparecieran.
San Padre Pio nos recuerda con su frase que debemos de confiar todo a la providencia de Dios, (“Ora, espera y no te preocupes” es la frase que el santo nos regala) María es la primera que nos dijo como teníamos que confiar, como al hacernos los esclavos de Dios nuestra vida se libera completamente.
Abandono, Abandono, Abandono… eso es lo que tenemos que hacer. Dios nos habla en el silencio y María nos pide que hagamos lo que Él nos diga. Hagamos silencio en nuestras almas para que en un mundo con tanto ruido podamos escuchar la Voz del Señor que es poderosa y transforma nuestras vidas.
Sigamos orando el uno por el otro
P. Héctor