Hoy conmemoramos la última cena que tuvo Jesús con sus discípulos. En esta noche sucedieron muchas cosas… se instituyo la Eucaristía, el Sacerdocio, traicionaron a Cristo, el lavatorio de pies y el comienzo de la pasión de Cristo.
Que oportunidad tan grande tenemos esta noche de retroceder en el tiempo y estar ahí en el cenáculo… participar de la ultima cena… hoy recibe la eucaristía de una forma especial, como si fuera tu primera vez, con esa ilusión y fe que presentamos ante el altar la primera vez que recibimos a Cristo sacramentado.
Hoy se vive esta misa como si fura la primera misa que celebró el sacerdote, hoy es un día de muchas emociones y bendiciones. Pero recordemos también que en esta noche de tanta alegría, la sombra de la maldad entra para quitarnos la esperanza y tratar de tumbarnos. Dice la 1ra carta de pedro capitulo 5: -9 “8 Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. 9 Pero resístanlo[a] firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos[b] en todo el mundo.”
No bajemos la guardia ni permitamos que el cansancio nos derrote el espíritu. Firmes y adelantes huestes de la fe. El viernes santo no celebraremos misa, pero podremos participar del cuerpo y sangre de Cristo en la comunión que se consagró en esta misa que celebramos hoy. Y no volveremos a participar de este banquete hasta que conmemoremos su resurrección en la vigilia pascual.
Mientras tanto reflexionemos sobre este misterio pascual… “Vivimos para esa noche” decía el Beato Carlos Manuel, vivamos pues para la pascua, para esa vida eterna que se nos promete.
Sigamos rezando el uno por el otro
P. Héctor