Hoy celebramos la festividad de San Juan el Bautista, el ultimo profeta, es con el que se cierra el ciclo de profecías sobre Cristo. Fue a el a quien le tocó , no solo profetizar sobre Cristo, sino dar testimonio sobre su persona al poder verlo
Este día es importante para la Iglesia, a la media noche fuiste a la playa pa’tirarte al agua y dejar todo lo negativo o hacer varios rituales que Walter Mercado te indico que hicieras para la buena suerte… lo importante de este día es recordar que Jesús mismo pidió ser bautizado.
Esta fue su forma de demostrarnos que todos, por medio de este Sacramento, nos convertimos en hijos e hijas de Dios. El nos quiso dar el ejemplo a seguir, como un hermano mayor que se preocupa por el bienestar de los hermanos menores.
Hoy es el día donde debes de revisitar tus promesas bautismales y renovarlas. Revivir aquel día en que por el agua tu pecado original fue borrado y entraste a formar parte del pueblo de Dios.
Yo le pregunto a las personas si han visto algún santo en su vida… la gran mayoría me contesta que no. Y entonces les pregunto si han asistido a un Bautismo y me dicen que si. ¿cómo la ves? No se dan cuenta que en el momento que un ser humano es bautizado desaparece el pecado original, y si es adulto todos los pecados… ¿y que crees? Pues no más… ahí tienes un santo… una persona que se va directita pa’l cielo pues no tiene pecados. Pero luego crecemos y se nos olvida la gracias de ese día y comenzamos a manchar nuestra alma con el pecado.
¡A lo que te truje chencha! Es por esto que tenemos que recordar en este día lo que Jesús le permitió a Juan el Bautista hacer, Juan le cuestiona a Jesús, Jesús no lo necesitaba, pero le insistió en que lo hiciera para Gloria del Padre.
Regocíjate, alégrate, ponte contento, feliz y dichoso… recuerda que hubo un momento de tu vida en que no tuviste ni tan siquiera el pecado original. Busca la Gracia del Sacramento de la Reconciliación y mantén la Gracia del Sacramento del Bautismo viva, como llama ardiente… proyectando la Santidad que Dios quiere para sus hijos.
Sigamos orando el uno por el otro
En los brazos de María
El Cura