Es el primer día después del miércoles de ceniza… prometiste que durante estos cuarenta días ibas a dejar de hacer algo, hacer un pequeño sacrificio, algo que esta vez iba a ser que tu cuaresma fuera única e irrepetible… Pero ¿que paso? Ya fallaste, ya te reventaste y esa promesa que habías hecho para esta cuaresma la acabas de romper… y este es el segundo día, solo ha pasado un día desde el miércoles de ceniza y aquí estas… confrontando la pena de nuestra fragilidad humana.
Ahí esta el problema… nuestra fragilidad humana, somos frágiles, no somos dioses. Estamos creados a imagen y semejanza de Dios, pero no somos Dios… somos FRAGILES, nos rompemos fácilmente… deberíamos ponernos un sello de esos que dice “jandel guit caer” eso hermanos y hermanas es nuestra realidad. ¿Pero que podeos hacer? Ante nuestra debilidad, nuestra fragilidad no podemos hacer nada… solamente confiar en Dios. Sí, este es el secreto o mejor dicho la solución a nuestro dilema.
La confianza en Dios es lo que va a fortalecer nuestra debilidad, nuestra fragilidad,; bien lo dice San Pablo : todo lo puedo en aquel que me fortalece.
Deja que Dios tome control de tu fragilidad, piensa que el esta siempre dispuesto a recatarte en los momentos cuando ya no puedas mas. Yo pienso que es precisamente en ese momento que le entregamos todo a El y es entonces cuando nos damos cuenta de cómo su poder y majestuosidad obran, dejándonos perplejos de que EL SI PUEDE lo que nosotros no podemos.
En este segundo día de cuaresma… Pon todo en sus manos y camina con El, deja que el sea quien guíe tu cuaresma y veras como nunca vas a fallar en tus privaciones cuaresmales
Sigamos Orando el uno por el otro
En los brazos de María
El Cura