Este cura recalcitrante…
El otro día un amigo se refirió a nuestras personas usando este adjetivo. Exactamente la frase fue cuando entramos en discusión con un cura recalcitrante y un laico que le dobla en la recalcitranteria, tenemos un espectáculo digno de ver ?.
Me estuvo gracioso el comentario y le pregunte que quería decir la palabrita, pues se escuchaba de lo más aquel. Mi amigo me dijo, ve a la real academia española y busca, ilústrate. Me eché a reír con él y cuando llegue a casa esto fue lo que encontré:
Recalcitrante. (Del lat. recalc?trans, -antis). 1. adj. Terco, reacio, reincidente, obstinado, aferrado a una opinión o conducta. Real Academia Española © Todos los derechos reservados
Dije para mi interior, mi amigo tiene razón al llamarnos recalcitrantes. Pero luego de un rato me puse a pensar si esta palabra puede definirnos a nosotros como católicos… y aquí es donde comienza el mambo. Esta palabra es un adjetivo, lo cual describe algo o alguien, como católico yo me considero una persona terca, esto según el diccionario quiere decir Pertinaz e irreducible lo cual nos define, como hijos e hijas de Dios somos irreducibles. Nuestra dignidad de Hijos de Dios no puede reducirse a poca cosa. El ser reacio significa que somos contrarios a algo o que mostramos resistencia a hacer algo y si, somos reacios al pecado, estamos contrarios a la maldad. Somos reincidentes, o sea que caemos en errores, continuamente, ero así mismo nos levantamos y echamos para adelante con la Gracia de nuestro Señor. Ser obstinado es perseverar y ser tenaz, ¿dígame usted si no es eso lo que hacemos como hijos de Dios? Perseverar día a día para alcanzar la sanidad.
Y por último nos aferramos a nuestra opinión y conducta como católicos que es hacer lo que Cristo nos pida. Es la única forma de lograr la santidad. Como ven la palabra recalcitrante no es tan mala como se ve, pienso que una palabra con fuerza que resume lo que somos como católicos, y digo fuerte pues no debemos de ser débiles en nuestra fe.
Entiendo que en nuestros días estamos tratando de suavizar lo que es nuestra fe para poder ofrecer un “catolicismo light” algo así como un producto dietético que guarde nuestra forma ante un mundo que rechaza la forma del Maestro.
No se… mientras tanto sigamos orando el uno por el otro
P. Héctor